Los anuncios de productos ecológicos que no son tan ecológicos: consideraciones

Actualmente, se habla de que el compromiso con el ambiente no es una alternativa sino una necesidad donde las empresas deben tener más en cuenta esta visión. Esta perspectiva parte de los problemas ambientales (calentamiento global), de las regulaciones ecológicas (bolsas biodegradables) que se están dando, la ecoeficiencia (producir más con menos) y, del incremento en la demanda de los productos ecológicos. El producto ecológico, orgánico o biológico, como se le suele denominar, es aquel que cumple las mismas funciones de los productos equivalentes (tradicionales), pero su perjuicio al ambiente es inferior durante todo su ciclo de vida.

Cuando una empresa decide introducir procesos (tecnologías verdes) para generar estos productos se enfrenta a dos problemas al momento de comercializarlos: Primero, los consumidores perciben los productos ecológicos como los más caros y difíciles de encontrar, por lo que los mensajes tienen que ser más amigables. Pues el precio es un inhibidor de la compra de estos productos. Segundo, algunos anunciantes intentan vender una imagen ecológica cuando realmente no lo son, y esto desprestigia a todos por igual. Estos anuncios publicitarios, lo que pretenden es que el consumidor proyecte en el producto o servicio anunciado el rasgo de personalidad deseado. Así mismo, ver reflejados en ellos su preocupación por el ambiente y así contribuir con él.

 

En el caso específico de nuestro estado, he visto que algunas empresas (de varios sectores) han intentado vender estos productos, pero están algo alejados de lo que comprende la anterior definición. No basta con agregar que es verde, es decir, la idea de partida es promover la mejora continua de los productos desde el punto de vista ecológico: consumo de energía y materiales, fabricación, distribución, y generación de residuos, entre otros. Pero lo más importante, (desde el enfoque del marketing) es hacérselo saber de manera clara y constante a los consumidores, educarlos de manera que se genere una conciencia ecológica y que adquieran o usen el producto/servicio.

 

Por lo tanto, hay que animar a los consumidores a involucrarse en los productos ecológicos, ofreciéndole la misma o más satisfacción incorporando el ambiente con menos utilización de materiales. Considerar que ésta involucración debe desarrollarse con plena responsabilidad y credibilidad por parte de la empresa, institución u organización.